Orientación Psicopedagógica
El equipo de psicólogos de la escuela está formado por:
JORGE CATALÁN PEÑA y JOSEP Mª CAÑADA BELMONTE
Cada uno de ellos se encarga de la mitad de los alumnos de cada clase y asumen el seguimiento de los mismos alumnos desde P-3 hasta 6º de E.P.
FUNCIONES:
- Seguimiento del desarrollo madurativo del alumno (lenguaje y personalidad) en coordinación con la tutora.
- Realizar observaciones en el aula o de forma individual de los alumnos según la demanda de tutores o familias.
- Diagnóstico, orientación y posible derivación a otros especialistas.
- Exploración preventiva en P-5, 1º, 2º y 6º de E.P. (Octubre y Abril).
- Entrevistas, dudas o consultas más individualizadas a través de las tutoras.
PROCESO DE ADAPTACIÓN EN P-3
Cualquier persona, ante una situación nueva, puede presentar un conjunto de síntomas que aparecen por la necesidad de adaptarse a aquello que desconoce o que no controla. Esto nos pasa a los adultos y también a los niños.
Y pasará seguro los primeros días de clase (pudiéndose alargar un par de semanas).
Es posible que observemos: ansiedad de separación (que no quiera despegarse de vosotros), por lo tanto que le cueste entrar en clase a las 9h. y a las 15h., llanto, que esté más irritable, más agresivo, descanso alterado, chantaje emocional («no te quiero, eres mala/o«), y retroceso en algunos aprendizajes (control del pipi, chupete …).
Para facilitar este proceso de adaptación debemos:
- Mostrar tranquilidad ante el inicio de curso, que no nos vea nerviosos.
- Asistencia regular, que no falte, sólo que tenga fiebre puede justificar la no asistencia. Incumplir este punto alarga mucho la adaptación del niño, y por tanto, sufrirá más.
- Mantener los mismos hábitos, normas y horarios. No hacer cambios ni ser más flexible. Hablar de la escuela y de la tutora con ilusión y explicando lo bien que lo pasará.
- No mostrar resistencia al dejarlo y no esperar en la puerta.
- También podemos normalizar la situación poniéndonos como ejemplo; «A los papas también les pasó lo mismo y después ya no«.
- No rechazar sus sentimientos («no debes llorar»). Hemos de aceptar lo que sienten y con calma transmitir que esto se les pasará. («Ahora lloras pero verás cómo después estarás contento«). Este punto los hacen más fuertes y menos manipulables.
- Mostrar acuerdo explícito con la tutora y actuar según sus pautas (nuestro hijo no debe percibir ningún desacuerdo).